El uso del libro por medio de monedas o varillas ¿fue así desde el principio?

El uso del libro por medio de monedas o varillas ¿fue así desde el principio?

En un principio, según lo dice un mítico personaje llamado Fu Xi, estaba el Caos de cuya separación nacieron el día y la noche.

Dice haber visto salir desde un río un caballo-dragón en cuyo lomo estaban inscriptos puntos redondos, negros y blancos, dispuestos en un orden que formaban gráficos, de allí se extrae las primeras interpretaciones en una época en la cual no existía la escritura por lo que se reprodujeron solo las líneas formadas por estos puntos en el lomo del caballo-dragón.

Se cree que el Dragón, figura mítica que recorre el espacio celeste, haya representado el “día” y el Caballo, animal que recorre lo terrestre haya sido interpretado como la “noche”.

Los trazos se marcaban como una línea entera o cortado en dos partes.

Asi se representó el “día” lo luminoso, el Sol, o dos líneas cortadas, la “noche”, lo oscuro, la Luna.

Los Orígenes del I Ching se los cree, por estos motivos, como un registro de observaciones astronómicas que se trasmitían con signos simples.

Las Mutaciones del Cielo y la Tierra eran variables, estas inscripciones permitían al campesino comprenderlas fácilmente y así poder obrar según lo que sucedía.

Dia-noche, luz-oscuridad, movimiento-quietud, el sucederse de estos momentos fueron dando lugar a lo que luego se conocen como hexagramas, compuesto por trigramas.

Las combinaciones de los trigramas forman los 64 Hexagramas que ofrece el I Ching como el registro del mundo, en sus tres niveles, Celeste, Terrestre y el Humano en el medio.

Al presentarse ante nuestras experiencias un mundo cambiante aparece la dualidad como un hecho que no tiene resolución más que fijando el punto en un extremo, lo que conduce a la visión fragmentada y a la percepción distorsionada de las cosas del mundo.

Imprevisible, el cambiante movimiento con que se presenta la vida nos deja confusos e inseguros.

El I Ching nos guía en ese aparente laberinto desbloqueando la visión y equilibrando nuestras percepciones.

La dualidad la sentimos dentro de nosotros mismos y para poder unir el mundo del espíritu con la materia y centrarnos en el punto medio este Libro, en la disposición de los trigramas nos ofrece su ayuda.

El paso de un polo a otro deja de ser excluyente, un “o una cosa o la otra”, para mostrarse como circular, un paso que une los polos para pasar de un estado a otro de manera que es “una cosa y la otra”, todo contenido en el mundo y en movimiento circular sin un principio ni un fin.

Lo que es oscuridad tiene un punto de luz y lo luminoso lleva en sí la oscuridad.

El humano vive en el mundo del espíritu y de la materia, esta aparente dualidad la mostraron con la ubicación de un Cielo Anterior, principio del Universo, mundo de sueños y pensamientos (creada por Fu-Shi) que luego al materializarse forma lo que llamaron Cielo Posterior (King-Wang). Así lo que es arriba es abajo, lo que es abajo es arriba.

Mundo de tensión creativa, de polos complementarios.

El mundo de los pensamientos de Fu Shi es el del hombre en estado de meditación, donde percibe que la realidad del mundo material tiene una unidad en su movimiento no dejándose perturbar por las distorsiones espacio temporales, ni por la prisa al medir el tiempo desde su corta experiencia del mundo material en su cuerpo físico.

La vida en los sueños, dormir, soñar, es mucho más importante de lo que nuestra mente occidental moderna se permite admitir.

Los pueblos antiguos, la mente oriental, han podido ver en esta dimensión del soñar la sabiduría del Infinito hablándonos.

La dimensión transpersonal que se expresa, a través de las artes, los sueños y que Jung pudo capturar realizando los mandalas, permite esta conexión del hombre con lo universal, recuperar el equilibrio de lo espiritual y material, para llegar a su ser completo.

La ayuda, la guía, de estas herramientas espirituales, como lo es por ejemplo el I Ching, posibilita al ser humano abrirse a dimensiones más grandes y profundas, tal como es su poder propio.

Cada uno tiene su propio ritmo y baila su danza cósmica particular.

Los trigramas, cómo se ubican, qué elementos trae, nos muestra esta conexión, cómo el Hombre, inserto entre el Cielo y la Tierra puede unir esas fuerzas para realizar su destino humano.

Así vemos a los orígenes del Libro de las Mutaciones entre la historia y la leyenda, nada escrito desde un comienzo sus sentencias fueron recogidas por los que luego se acercaron a él, entre ellos el célebre Confucio quien tomó sus consejos para utilizarlos en la vida social y como un regulador moral a los cambiantes tonos que lleva en sí una sociedad viva.

El I Ching está en los orígenes de la historia china, desde las formas de culto y de creencias más primitivas hasta las expresiones más elaboradas, cuando comienzan a formarse las escuelas filosóficas, documentadas antes del año 206 A.C.

Una historia Sin Fin.



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Teresa Gamboa

Licenciada en Filosofía y Prof de Filosofía y Pedagogía, trabajé como docente en aulas y Asesorías. Posgrado en Psicopedagogía Clínica, Orientadora en Educ Sexual. Estudios de pasicoanálisis. Instructora en Bioenergética, Resido en Brasil desde diciembre del 2017 y hasta ese momento trabajé como coach en Mindfulness junto al guía del grupo de budismo al que asisto. Entre los dos creamos a Ganapati, Meditación Urbana dando cursos de Mindfulness. Incursioné, en los últimos años dedicando mucho tiempo es sus estudios, en astrologia, Arquetipal, Junguiana, Psicológica, Transpersonal. Busqué comprender el lenguaje del Tarot y continué con los misterios y maravillas del lenguaje del I Ching. Su sabiduría llegó a mí hace ya treinta años y ha sido una guía de vida, un oasis, un ilimitado espacio donde encontrar lo invisible.

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