ESTAR AQUÍ. ESTAR AHORA. SI NO, ¿DÓNDE? ¿CUÁNDO?
ESTAR AQUÍ. ESTAR AHORA. SI NO, ¿DÓNDE? ¿CUÁNDO?
¿Qué es Mindfulness?
Es una vivencia no dual: ningún lugar adonde ir, nada que hacer, nada que lograr.
Como práctica de vida nos hace estar disponibles en cada experiencia, acto de la vida diaria.
¿Qué significa MINDFULNESS?
¿A qué estado se refiere esa palabra, qué significa?
La traducción del inglés tiene la dificultad que lleva traducir un estado impreciso de la mente del individuo, es un estado de experiencia en el momento presente.
Se suele traducir con “Atención Plena” o “Estar Presente” y en verdad una atención plena se da cuando estoy sintiendo la vivencia tomada en su propio movimiento, sin distracciones, sin metas a alcanzar, sin pre conceptos, pero no solo presto plena atención a lo que vivencio sino que “me doy cuenta” que estoy prestando atención.
“Me doy cuenta” del momento presente y “me doy cuenta que me doy cuenta”
O mejor, “me doy cuenta cuando NO me doy cuenta”, cuando dejé se sentir, cuando me ditrajeron miles de pensamientos errantes, cuando un motivo que me preocupa irrumpió en mi mente. Cuando un dolor vuelve a mí.
¿Entonces, qué hago?
Vuelvo sobre el momento la atención, dejo que suceda, dejo que el dolor duela, no rechazo, lo dejo pasar, no me apego. Sigo en mí durante esos movimientos.
, me doy cuenta, esos dos estados permiten “desactivar” mecanismos automáticos de respuesta, de reacción, ante los sucesos de la vida y mis propias experiencias.
Las nuevas técnicas han permitido a la neurobiología detectar los efectos de la práctica de Mindfulness:
fortalece y activa regiones cerebrales sobre todo en la corteza prefrontal y produce cambios morfológicos duraderos que derivan en cambios en los hábitos mentales.
¡Y así ya hace la diferencia!
Estamos en un momento histórico en donde el movimiento continuo de los sucesos de la vida diaria, la hiper conectividad, el contacto caótico en las redes sociales y en el mundo del trabajo, la vida familiar, las relaciones interpersonales, todo cae bajo esa onda de movimiento continuo.
Nos invade, nos sumerge, nos aturde. Solo respondemos con automatismos.
Entonces es momento de parar. De hacer lugar a la mente para prestar atención al momento presente, para darnos cuenta.
Todos hemos experimentado por momentos este estado de ser consciente de lo que estamos viviendo, aquí, ahora.
Una puesta del sol, un amanecer, un detenerse en la mirada a un hijo, a un ser amado, un momento en que somos plenamente conscientes de la experiencia que abarca todo el instante.
Y esos momentos son maravillosos.
Pero nuestra mente está, la mayor parte del tiempo, desconectada del presente, desorientada vaga de aquí allá, casi rozando las vivencias, sin tomar cuenta del momento, sin detenerse en ninguna.
Perdemos el instante, el presente y perdemos la vida vivida por mí mismo/a.
Mindfulness practicamos autoconsciencia.
Estamos presente aquí, ahora, dándonos cuenta de lo que sucede, de lo que siento, sin juzgar, sin rechazar, sin apegarme, solo observo. Aceptación. Dejar ir.
Todos nosotros tenemos momentos MINDFULL.
Así vamos, percibiendo a mí mismo y lo que me rodea, conociéndome más y mejor, despojándome de los calificativos, de las impresiones, aprendidas, impuestas por años de adiestramiento y domesticación para “encajar” en la estructura social, sin darnos cuenta de lo que hacemos.
Solo resta la sensación de frustración y no sabemos por qué la sentimos.
Ver, mirar, observar, con la “mente del principiante”.
Solo ver sin adherirle juicios ni calificaciones.
Y así poder ver más, mejor, más claro.
Volver a aprender,
Desactivar el aprendizaje previo que influye y modifica mi propia experiencia del momento presente.
Para vivir con más intensidad.
Nos sentimos más vivos.
¡Nos sentimos más plenos!
